Ficha Gabriel

Gabriel Seabrooke

descripción psicológica

Cauto. Constantin bien podría llevar el significado de la palabra hasta la frontera con la aprensión y quizá, con la paranoía; tergiversando lo que podría ser una simple tendencia de ser precavido a una clara y habitual desconfianza, en casi todo cuanto le rodea. No es para menos. Poco ha quedado del sujeto despreocupado, hasta sociable que alguna vez llegó a ser. Aquél que no miraba constantemente a sus espaldas cuidando quien andaba detrás suyo, o darle la vuelta a cuanto viniera a recriminarle (de formas poco heterodoxas) el que  hurgara en un pasado que no era propio, y que no parecía corresponderle. Dicha versión de él no solía tronarse los dedos mientras devanaba lo sesos en busca de pistas, ni se veía a sí mismo metido hasta el cuello de tantos problemas que ya no pudiera  estar seguro de que la gente a su lado saliera exenta de la tormenta a cuestas suyas. O mínimo, tener el consuelo de poder salir del pozo que incluso le llevó a dejar su trabajo.

En el proceso de cambio, gran parte suya se perdió, y no reconoce forma tangente ni familiar en lo que mira cara al espejo ahora. Es su búsqueda la que no sólo le ha  arrastrado a una pendiente obsesiva, sino empujado a un proceso de metamorfosis del que todavía  no está seguro que haya terminado, ni el ser que dejará como resultado. Él lo sabe bien, aunque desconoce por completo cómo es que habrá de acabar, qué más arrastrará consigo o peor aún, a cuantos (incluido él mismo) podría destruir.

No es hombre de muchas palabras, ni alguien que se sienta incómodo en el silencio. Muy por el contrario, parece sentirse más aliviado en él que en compañía ajena. Más aún si tiene que conversar. No habría que esperar a que se esmere en buscar continuamente el qué decir en estos casos, pues quizá algo más relevante aqueje su pensamiento en dicho instante y al siguiente, desaparezca. Es su naturaleza el marcharse tan pronto como ha llegado. Si es que busca no causar problemas o sólo es que no sabe ya estar con otras personas por mucho tiempo es algo que se reserva a la duda, hasta para el propio Gabriel.

Ya no hace falta aclarar que es solitario de forma instintiva, Su tendencia a ser esquivo, empero, se debe mas por un recurrente desinterés que por aversión a la gente en general. ¿Qué motivos tendría para odiar al mundo entero? Ya el manifestar desagrado por alguien (o siquiera sopesarlo) le causa pereza y, por ello, se queda en la nada. Un semblante inexpresivo, a veces aburrido para un mundo que probablemente no tiene ya cosas buenas para mostrarle. No toma molestias por algo que no le retribuye, ya que lo mismo agota su paciencia... una que si bien puede ser considerable, no es ilimitada. Puede que quizás haya perdido no solo la voluntad, sino la habilidad para sonreír de manera franca, sin sátira o gesto fingido. Es posible que su sentido del humor se encuentre atrofiado o se haya ido de igual forma. ¿Qué importa ya?

Peca de mantener una mente y temperamento fríos, pensando bien el próximo movimiento que vaya a dar, calculando las consecuencias al haber aprendido de sus errores. Por desgracia, no puede evitar el comportamiento compulsivo de sus costumbres y su rutina, tornándose entonces medianamente arisco a la hora de permitir que alguien más ingrese a esta, reservándose su entorno privado a veces por ahorrar molestias a los demás, y otras por que la gente intelectualmente suele aburrirle. Pocas personas le parecen interesantes y dignas de seguir tratándose. Tratamos así mismo con un asiduo observador de la gente en general, perspicaz a la hora de estudiar los movimientos, gestos y maneras ajenas, determinando con ellos las tendencias y personalidades de los demás cual si de un psicólogo se trate. Una memoria empedernida le ayuda con el fin, puesto que nunca olvida un rostro o un tono de voz, ni tampoco un nombre.

Su padre solía decirle que era curioso desde nacimiento y asiduo a los retos desde infante; algo que hasta la fecha perdura aunque, tampoco es idiota para aceptar aquellos que pongan en riesgo las vidas de la gente a su alrededor. ¿Amigable? ¿Simpático? Hay que saber hacerse destacado en su presencia sea por su cultura o modales para que muestre algo cercano a ello, ya que califica a todas las personas primero por su nivel intelectual, después por el moral.

Objetivo y directo. No puede creer en cosas incomprobables, habladurías o cuestiones de fe, pues lo que admite antes tiene que pasar por el escrutinio de sus ojos y su juicio, cansados de ver el desastre del mundo y sin embargo, atentos a esas fallas y dislates. Tal vez ahí encuentre lo que precisa saber, y quizá aquello que lo deje descansar al haber encontrado lo que su conciencia necesitaba obtener. Se habrá ganado el adjetivo de necio a pulso después de tantos años en su búsqueda, ¿Cómo habría resistido y no haber tirado la toalla si no? Al comprender que el tiño de desesperación visceral le provocaría rendirse, su paciencia en el ámbito fue cultivada y es así, de igual manera con las personas. Si es o no un mal tipo ya no queda en él determinarlo, puesto que la bondad y la maldad casi han perdido su significado tras mirar tanto al abismo. El mismo que te regresa la mirada si lo observas demasiado.


⊙ El café, aunque no el instantáneo. Y entre menos azúcar mejor. Se pone más sarcástico de lo usual si le falta por la mañana.
⊙ Los animales. Al menos sí más que muchos individuos.
⊙ El aroma natural del tabaco, pues le recuerda a su padre.
⊙ Películas de acción. Cuando tiene tiempo para verlas, claro
⊙ Whisky escocés. El mismo que solía gustarle a Bastian, y la bebida alcohólica que más consume.
⊙ La honestidad. No importa si hiere o es falto de flores, prefiere que vayan con la verdad que andarse con rodeos.
⊙ Ir a alta velocidad. Conducir rápido es una de las pocas actividades que le otorgan cierta sensación de libertad.


☀ Que le tomen el pelo. Por fuerza ha tenido que desarrollar su intuición en este punto, así que por lo común suele saber cuando le están mintiendo.
☀ El fanatismo... especialmente religioso.
☀ Consejos. Si no lo pide, es mejor no dárselo.
☀ Que maltraten a las mujeres. No será en especial un caballero, sin embargo desaprueba estas faltas de respeto hacia el género. Es de pocos hombres algo así.
☀ Perfumes demasiado fuertes. Fuera de hostigarle, han llegado a causarle nauseas y mareos, en especial porque tiene un agudo sentido del olfato.
☀ Las cosas demasiado dulces.A diferencia de Hayley odia lo empalagoso,y lo cursi.
☀ El vodka. De todos los tipos de alcohol este es el que más menosprecia.
☀ Violencia. Pese a dar la impresión contraria, no es de los que guste arreglar las cosas a golpes, si es que puede solucionarlo de forma civilizada.
☀ Que se metan en su vida, sencillamente. Puede pasar por alto la curiosidad, no obstante dista mucho de tolerar el que le digan qué hacer o dejar de hacer.


▣ Acrofobia. El clásico pavor a las alturas. Solo ha volado en avión una vez en su vida, y con ella bastó para saber que lo odiaba. Lo que antes era un desagrado con pequeños malestares físicos pasó a ser de lleno una fobia después de la muerte de su padre.

▣ Sonrisas fijas. Claramente le incomodan las que son amables y duraderas, pero las de tono más macabro se ganan su animadversión (y nerviosismo) de inmediato.




Las que son mucho más notorias, son las que tienen que ver de manera directa con higiene y sanidad. No obstante, este hombre manifiesta esa ominosa necesidad de imponer su propio estándar de comodidad allá a donde va, fuertemente acostumbrado a sus hábitos. Una costumbre que solo demuestra una antesala a su principal menester: Tener el control. La lista se torna extensa, aunque algunas puede pasarlas por alto muy de vez en cuando. Las principales, si bien, son casi regla y entre ellas se encuentra:

§• Que el primer zapato que calza es el derecho, así como el posterior derecho del pantalón, el guante, la calceta... básicamente, todo aquello que ha de vestir. Ya es algo inconsciente.
§• Aún en invierno, la ducha es con agua fresca y en la mañana, poco después de levantarse por lo común.
§• Al menos 10 veces al día, sus manos deben ser lavadas o desinfectadas. Incluso evita tocar directamente pasamanos y otras superficies de uso comunitario.
§• Su cama siempre ha sido matrimonial, sin embargo, duerme en el lado derecho. Le ahoga el corto espacio de una individual.
§• Su vivienda en general es gobernada por una coercitiva norma de orden. Su ropa no podría ser la excepción, estando siempre planchada, doblada y ordenada.
§• Las persianas de la casa no deben permanecer más arriba de su altura.
§• Cubre con una hoja de cartón o tapa la superficie de su taza de café o del vaso/copa de la que beba, mientras desatienda esta sobre la mesa. En lo posible, hace lo mismo con la comida.

datos históricos

Un hombre corriente, común. Una persona extremadamente simple como para caer en el curso de causas y reacciones naturales del ser humano, pues así mismo, su historia es sencilla de contar. Sin embargo eso no implica que no haya sido amarga.


Su infancia y juventud se vieron rodeadas de la añorada presencia paternal. Bastián, su progenitor, no habrá sido precisamente el padre del año o el más amoroso... aunque si, muy atento a la educación de sus dos hijos: Faye y Constantin. La primera, más distante del círculo patriarcal y las aficiones de su ascendiente por su falta de comprensión total a tan corta edad, refugiándose más en una madre casi igual desatendida en afecto por ocuparse más en las labores del hogar. Lo único que deseas cuando eres niño es jugar, y las muestras de cariño de tus padres, ¿Verdad? Algo que parecía estar casi vedado para la pequeña por parte del mayor, y que para Gabriel dejaba de importar al mantenerse inmerso en los experimentos que se realizaban en el laboratorio de su modelo a seguir, y todo lo que podía aprender a lado de su héroe. Hombre de ciencia y sabiduría, pero no de afecto. El mayor de los hermanos solía hacer más de tutor que lo primero para la pequeña Hayley, teniéndose el uno al otro a coste de la ausencia emocional de sus progenitores.

Aún en preparatoria, padre e hijo continuaban siendo equipo de investigación para lo que sea que se les ocurriera hacer los fines de semana, participando en concursos y competencias de ciencias dentro o fuera de la ciudad como si de vacaciones se tratase. Era lógico que Constantine siguiera sus mismos pasos al optar por la Facultad de Ciencias Químicas y Biológicas en la Mansfield University of Pensylvania, con beca de por medio; mientras su hermana se resuelve por enfermería. Con el tiempo, se dio cuenta que lo que más le agradaba era transmitir sus conocimientos a otras personas, desde sus compañeros de carrera hasta dar asesorías a estudiantes de menor grado, y a su hermana sobre todo. Por ello, tras animarse con la maestría a los 21 y terminarla dos años después, animado por Faye decide finalizar con el doctorado de Química General, y es ahí donde al concluirla comienza a impartir clases unos meses más adelante.

Fue a los 23 , incluso antes de terminar la maestría donde conoce a quien muy probablemente, hubiese sido su esposa: María Mawson Jones. La relación fue larga, lo suficiente para que la figura de la fémina le sirviera de leve apoyo moral cuando el mundo se le vino abajo tras el funeral del mayor de los Seabrooke, mas no lo suficiente para formalizar en matrimonio. Los planes de boda comenzarían poco después de Gabriel quedarse con el trabajo de profesor a la edad de 26 y medio, aunque por cuestiones ajenas los preparativos no habrían de llevarse a cabo a un año y medio posteriores, cuando la estabilidad económica de ambos lo permitiera. Su padre lo llevó de pesca antes de que "el hijo saliera del nido" e hiciera su vida aparte, siendo aquél el último momento de calidad junto a Bastian que recuerda.

No logra recordar con exactitud cómo fue, lo que hizo cuando se enteró, o porqué había tomado tanta distancia antes de que sucediera. Algo por lo que carga gran culpa de consciencia, pues sigue pensando en que de haber estado un poco más ahí las cosas habrían sido muy distintas. Es en una tarde nublada de septiembre donde le llaman por teléfono para que se dirija con urgencia al Hospital General, ya que Bastian ha caído desde el tercer piso de un edificio en construcción donde realizaba análisis de campo. Llovía cuando arribó al área, y aún puede ver en su mente el lugar del accidente, o mejor dicho: la escena del crimen cuando pasó por el camino. La sangre que quedó en el asfalto apenas era enjuagada por las gotas  que caían de un cielo que parecía caerse, y cuando llegó a la sala de espera ya era demasiado tarde: Su padre había fallecido. El funeral estuvo lleno de gente, aunque escaso de sinceridad por parte de los invitados, inundado de confusión. Para Gabriel todo sabía a mentira, ¿Cómo rayos habrían sido tan descuidados para dejar caer a su padre, un hombre metódico y precavido, un científico tan importante? ¿Qué clase de seguridad llevaban ahí? Su instinto le primaba de que hubo algo más, no solo un simple accidente de trabajo.

Es entonces cuando la investigación que Gabriel comienza a llevar a cabo, de forma confidencial se convierte en una obsesión, y pierde el interés por casarse. María rompe formalmente el compromiso tras casi 6 años, ambos con 28 de edad y se va de la ciudad, dejando a un Constantine cada vez más paranoico y maniático. Un hombre que ya no reconoce como su pareja sino ccomo un extraño más. Él no pareció mostrar dolor por que se marchara, pero si un subsecuente e invasivo estrés. Uno de sus compañeros de trabajo y amigo cercano, Adrian Moore, al ver la manera en que su allegado se iba paulatinamente a la borda al indagar solo, decide ayudarlo con su averiguación llegando quizá un tanto más lejos que el propio Ward con el pasar de los años. Esto solo acarrearía más problemas al cada vez más solitario Seabrooke en el futuro, ya que una madrugada de Noviembre, tras dirigirse al hogar del otro, encuentra el cadaver de Adrian unas calles mas adelante de su domicilio. Le habían arrancado los ojos y cercenado los párpados para que las cuencas vacías quedaran al descubierto. Como adorno final, una amplia sonrisa de quijada a quijada había sido marcada con arma blanca en el rostro de su compañero, siendo asesinado a los 31 años como señal de aviso para Ward. Este no deja esperar mucho tiempo, pues semanas posteriores pediría un traslado a la Universidad de Hallam, invadido por el remordimiento y la pena. Aunado a ello, su madre es diagnosticada con Alzheimer con tan solo 58 años.

Casi 10 años han pasado desde la pérdida del jefe de su desintegrada familia, y 7 desde el asesinato de Adrian. Poco y nada ha descubierto de los homicidas de su padre y de su amigo, y la desesperación lo ha llevado a renunciar a su empleo actualmente, para descubrir de una vez por todas quienes han sido los responsables. Enfrascado en una búsqueda no de venganza, sino de justicia, ya no puede ver nada más. Al final, se trata tan solo de un episodio más donde la fe se extravió, y el olvido se tornó casi impensable. Al menos para él, ya no existe algo semejante ni a la amnesia ni a la verdadera soledad. El mismo pasado se ha vuelto el compañero que lo sigue a cuestas, lo quiera o no. Y sino es este, son sus pesadillas o el propio pensamiento los que se encargan de suplir el constante recordatorio de que no hay descanso. No hasta que descubra la verdad o quizás... ni siquiera cuando la consiga es que lo haya. ¿Qué importa ya para alguien cuya única raison d'être consta en desenterrar el misterio de dos muertos a sus espaldas? A veces ya no sabe por quién lo sigue haciendo, si por la memoria de su padre, por la de su Adrian o porque es lo único que le queda.

Tras la insistencia del único miembro cuerdo de su parentela, Hayley, además de orillado por una falta de apoyo emocional y estabilidad psicológica ha terminado mudándose a Sheffield cerca de donde ella vive y del sanatorio donde habita Dawn, su madre, para no descuidarlas más. No obstante, manteniendo la distancia suficiente para no acarrearles problemas o ponerlas en peligro. Se mantiene económicamente con el dinero de su liquidación y de las asesorías que suele dar de vez en cuando a algún universitario o estudiante de preparatoria, ya que a pesar de haber quedado con las puertas abiertas para volver a su empleo en cualquiera de las dos universidades, prefiere dedicarse de lleno a resolver la identidad de los criminales que le arrebataron todo.



§ Bastian A. Seabrooke | Padre. Fallecido en 2005.
§ Dawn G. Ward | Madre. 67 años
§ Hayley Faye Seabrooke Ward | Hermana. 31 años.

otros datos

₪ Tiene un nervioso gato blanco de angora al que, por su falta de creatividad ha terminado poniéndole el mismo nombre que él: Gabriel.

₪ En realidad es alérgico a los ácaros y el polvo, razón para ser tan obsesivo con la limpieza.

₪ Raras veces se presenta con su nombre real.

₪ Desde niño, sufre intolerancia a la lactosa.

₪ La única lengua que conoce muy medianamente además de la natural es el francés. Le falta el acento, y tiene nociones de alemán, sin embargo, la pronunciación es su punto débil.

₪ Es ateo. La única razón por la que visita iglesias, es el silencio que las gobierna en falta de misas.

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